Los trastornos del sueño son frecuentes y discapacitantes en la enfermedad de Parkinson

• Los datos del estudio COPPADIS demuestran la importancia de los trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson.

• Dos de cada tres pacientes presentaban trastorno del sueño, lo que se asocia a una peor calidad de vida.

• El estudio recalca la importancia de este síntomas no motor tan frecuente y discapacitante en las personas con enfermedad de Parkinson.

Los trastornos del sueño son muy frecuentes y de muy diversos tipos en la enfermedad de Parkinson, como el trastorno del sueño REM, el insomnio con problemas para conciliar el sueño, el despertar precoz con dolor y rigidez, o presentar un sueño fragmentado, poco reparador. Los datos del estudio COPPADIS, publicados en la revista Journal of Geriatric Psychiatry and Neurology,  arrojan luz sobre las alteraciones del sueño y cómo estas afectan a las personas con enfermedad de Parkinson. Este estudio ha sido coordinado por el Dr. Diego Santos, neurólogo del  Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña y vicepresidente de la Fundación Curemos el Párkinson.
En el estudio se consideraron válidos para el análisis los datos de 681 pacientes y 206 controles (personas sin la enfermedad de Parkinson), que fueron reclutados entre enero de 2016 y octubre de 2017. Los problemas de sueño se evaluaron mediante la versión española de la escala de sueño de la enfermedad de Parkinson versión 1 (PDSS-1). En esta escala la puntuación va de 0 a 150, siendo 150 la mejor puntuación posible (sueño perfecto) y 0 la peor; es decir, a menos puntuación, peor calidad del sueño. Una puntuación general por debajo de 82 o una puntuación por debajo de 5 en al menos 1 ítem se definió como trastorno del sueño. Se relacionó el presentar o no trastorno del sueño con otras muchas variables de la enfermedad recogidas, como el estadio motor, la afectación no motora, la presencia de dolor, depresión, apatía, trastornos de conducta, etc.
La frecuencia de los problemas de sueño fue casi el doble en los pacientes con enfermedad de Parkinson en comparación con los controles: 65,8% (448 de 681) frente a 33,5% (65 de 206) y la puntuación media total del PDSS fue menor en los pacientes con enfermedad de Parkinson que en los controles: 114.9 frente a 132.8. Además los pacientes con trastorno del sueño presentaron una mayor carga de sintomatología no motora. En concreto, lo que se asoció a presentar alteración del sueño independientemente de otros factores fue presentar una mayor carga de síntomas no motores así como una mayor puntuación en la escala QUIP-RS, que mide las conductas impulsivas-compulsivas, incluyendo el trastorno de control de impulsos.

La calidad de vida fue peor en los pacientes con enfermedad de Parkinson con trastorno del sueño comparado con los que no lo tenían, presentando puntuaciones más altas en la escala PDQ-39 (mide calidad de vida relacionada con la enfermedad y a mayor puntuación peor calidad de vida), 19.3 puntos frente a 13 puntos, y más bajas en la escala EUROHIS-QoL8 (mide calidad de vida global y a menor puntuación peor calidad de vida), 3.7 puntos frente a 3.9 puntos. Uno de los aspectos que se comentan es que se define a nivel global presentar o no trastorno del sueño, pero no se especifica en este artículo ni analiza en detalle la diferencia en cuanto a los diferentes tipos de trastorno del sueño.

En conclusión, los problemas de sueño fueron frecuentes en las personas con enfermedad de Parkinson, afectando a 2 de cada 3 pacientes, y se relacionaron tanto con una peor calidad de vida como con una mayor carga de síntomas no motores. Interesante es la relación entre las conductas impulsivas y el sueño, que debe ser explorado en profundidad. Estos hallazgos exigen una mayor conciencia de los problemas del sueño en las personas con enfermedad de Parkinson.

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